Dormir con una cebolla en los pies por la noche, cuando se tiene congestión y tos productiva, es uno de los remedios caseros de la abuela que más despierta la curiosidad en las personas.
Algunos lo han probado y otros pueden sentirse tan extraños que, aun teniendo curiosidad, no se han planteado hacerlo. Sin embargo, el remedio logra mantenerse vigente.
Ahora bien, ¿por qué se usa una cebolla y no otro alimento, cómo se usa? ¿Puede proporcionar algún beneficio para la salud? Veámoslo con más detalle a continuación.
La cebolla es uno de los alimentos más populares para condimentar y dar sabor a las comidas, al menos en nuestro país. Se puede consumir cruda o cocida, en ensaladas o en guisos, es muy versátil y tiene un sabor inconfundible.
Según los expertos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN)
la cebolla es un alimento que, al consumirse, puede aportar proteínas, potasio, vitamina C, flavonoides y diferentes compuestos azufrados. Cada uno de estos nutrientes es responsable de una serie de beneficios para la salud.
Por ejemplo, los flavonoides están asociados con la prevención del envejecimiento prematuro y el cuidado de todas las células del cuerpo, mientras que la vitamina C está asociada con un sistema inmunológico más fuerte.
Pero además de ser sabrosa la cebolla posee grandes propiedades medicinales que favorecen al organismo y a la salud interna y externa de nuestro cuerpo.
Para recibir sus beneficios no siempre es necesaria comerla. La cebolla es un gran aliado para las épocas de resfrío y afecciones respiratorias, con ella se puede preparar jarabes caseros, infusiones, etc que acelerarán nuestra recuperación.
También es muy común que las personas corten una cebolla a la mitad y coloquen sus partes en la mesita de luz ya que esta hortaliza tiene la capacidad de purificar el aire y favorecernos cuando tenemos tos.